"No hay ejercicio intelectual que no sea finalmente inútil. Una doctrina es al principio una descripción verosímil del universo; giran los años y es un mero capítulo...cuando no un párrafo o un nombre....de la historia de la filosofía."
sábado, 29 de junio de 2013
domingo, 12 de mayo de 2013
El gran desprendimiento
"El gran desprendimiento llega súbitamente…, como una
sacudida sísmica; el alma joven se estremece de una vez, se suelta, se arranca,
ella misma no entiende lo que sucede. Impera un impulso y un embate que se
enseñorea de ella como un mandato, despierta una voluntad y un deseo a todo
precio de partir hacia alguna parte; arde y llamea en todos sus sentidos una
fuerte y peligrosa curiosidad en torno a un mundo desconocido…Despierta un
susto súbito y una desconfianza frente a lo que ella amaba, un relámpago de
desprecio frente a lo que se llama “deber”, una exigencia revolucionaria,
arbitraria, volcánica que empuja a la peregrinación". (Nietzsche)
domingo, 7 de abril de 2013
"Con
frecuencia se apoderaba de mí una intensa sensación de exilio.. Me
sentía extranjero en el mundo en general y en mi propio cuerpo en
particular como parte del mundo.. Mi cuerpo,, una prisión que me
obligaba a estar en el mundo,, una tumba donde yo estaba enterrado
vivo.. Los sentidos,,.ventanas de cárcel..
Era como si yo hubiera caído de una posición superior legítima ocupada por mí anteriormente, como si hubiera caído en desgracia y venido a menos al nacer.. Me sentía en la situación de quien ha perdido un gran tesoro..."
Jonuel Brigue
Era como si yo hubiera caído de una posición superior legítima ocupada por mí anteriormente, como si hubiera caído en desgracia y venido a menos al nacer.. Me sentía en la situación de quien ha perdido un gran tesoro..."
Jonuel Brigue
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia
Vía Nietzsche para los pobres
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia
Vía Nietzsche para los pobres
"En las profundidades del invierno, finalmente aprendí que dentro de mí se encuentra un verano invencible."
Albert Camus
Vìa Nietzsche para los pobres
miércoles, 6 de marzo de 2013
"El camino en efecto no existe"
"Por
muchos caminos diferentes y de múltiples modos llegue yo a mi verdad;
no por una unica escala ascendí hasta la altura donde mis ojos recorren
el mundo. Y nunca me ha gustado preguntar por caminos. Esto repugna
siempre a mi gusto ! Preferiria preguntar y someter a prueba a los
caminos mismos. Un ensayar y un preguntar fue todo mi caminar y en
verdad también hay que aprender a responder a tal pregunta. Este es mi
gusto ! No un buen gusto, no un mal gusto pero si mi gusto, del cual yo
no me averguenzo ni lo oculto. Este es mi camino ¿Dónde está el vuestro?
Así respondía yo a quienes me preguntaban por el camino. El camino en
efecto no existe .
Así Habló Zaratustra
Así Habló Zaratustra
martes, 19 de febrero de 2013
Monólogo de Jesús Quintero
Me gustaría que no
tuviéramos memoria
Que de un día para
otro no nos conociéramos
Que nos estuviéramos
descubriendo siempre.
Me gustaría llegar
siempre con el mismo nerviosismo y la misma ilusión del primer día
Me gustaría que te
acercaras a mí con la misma curiosidad, sin prejuicios, sin pedirme que te dé
lo que ya esperas
Me gustaría que
cada noche fuera un principio y un fin.
Odio la rutina, los
compromisos, la obligación de ser fiel a una imagen
De tener que
comportarme como tu esperas que me comporte.
Ayúdame
Deja que me
contradiga
No me pidas
coherencia
No me ates
No me obligues a
seguir el mismo camino.
A veces...
A veces me da la impresión
de que estoy atrapado
De que camino en
círculo
De que no avanzo.
A veces me da la impresión
de que me dejo llevar
De que no hago lo
que yo quiero sino lo que de mi se espera.
A veces me pregunto
si era esto lo que yo buscaba
Si era esto lo que
yo quería.
Me gustaría empezar de nuevo cada noche
No quiero ser un
loro
Acércate como si me
conocieras
Como si fuera la
primera vez
Olvídate de lo que
ayer hablamos
El pasado es pasado
Hoy es hoy
Esta noche es esta
noche.
Jesús Quintero.
miércoles, 13 de febrero de 2013
"Estoy orgulloso de tener esta palabra (inmoralidad) para distinguirme de la humanidad entera"
Zaratustra,
el primer psicólogo de los hombres buenos, es, por consiguiente, un
amigo de los malvados. Cuando una especie decadente de hombres ha
ascendido en categoría al rango de la especie más alta, no ha podido
elevarse de este modo sino en detrimento de la especie contraria, la
especie fuerte y vitalmente segura de hombre.
Cuando la bestia del rebaño irradia en la claridad de la virtud más pura, el hombre de excepción se siente forzosamente degradado a la categoría de malvado.
Cuando la mentira reclama a cualquier precio, para su óptica, la palabra “verdad”, el hombre verdaderamente verídico se encuentra designado con los peores nombres, Zaratustra no deja aquí ninguna duda: dice que lo que le ha inspirado el terror del hombre es el conocimiento de los hombres buenos, de los "mejores"; de esta repulsión le han nacido alas, “para volar lejos hacia porvenires lejanos”.
No oculta que su tipo de hombre, un tipo relativamente sobrehumano, es sobrehumano precisamente con relación a los hombres buenos; que los buenos y los justos llamarían demonio a su superhombre....
Hombres superiores que mis ojos encuentran, esta es la duda que me inspiráis y mi secreta risa: adivino lo que llamaréis a mi superhombre: ¡demonio! Sois tan ajenos a la grandeza en vuestra alma que el superhombre os parecerá "terrible" en su bondad...
De este pasaje y no de otro hay que partir para comprender lo que Zaratustra quiere: esa especie de hombres que él concibe, ve la realidad tal como ella es: es bastante fuerte para ello. no es una especie de hombre extrañada, alejada de la realidad, es la realidad misma, encierra todavía en sí todo lo terrible y problemático de esta, sólo así puede tener el hombre grandeza...
Pero, también en otro sentido, yo he escogido la palabra inmoralista como insignia y emblema de mí mismo. Estoy orgulloso de tener esta palabra para distinguirme de la humanidad entera.
Nadie ha sentido todavía la moral cristiana como algo que se encuentra por debajo de él; para esto hacia falta una altura, una perspectiva, una profundidad y una hondura psicológicas absolutamente inusitados hasta ahora.
La moral cristiana ha sido hasta el presente la Circe de todos los pensadores; todos ellos se pusieron a su servicio. ¿Quién, pues, antes que yo ha descendido a las cavernas donde brota el aliento emponzoñado de donde brota esta especie de ideal, ¡la difamación del mundo!-?
¿Quién se atrevió siquiera a sospechar que éstas eran cavernas?
¿Quién antes que yo fue entre los filósofos un psicólogo, y no lo contrario de un psicólogo, un “charlatán superior”, un “idealista”?
Antes de mí no ha habido psicología. - Ser en este punto el primero puede constituir una maldición; pero en todo caso es un destino, pues se es también el primero en despreciar...
La nausea por el hombre: he ahí mi peligro.
Nietzsche
Desde Nietzsche para los pobres
Cuando la bestia del rebaño irradia en la claridad de la virtud más pura, el hombre de excepción se siente forzosamente degradado a la categoría de malvado.
Cuando la mentira reclama a cualquier precio, para su óptica, la palabra “verdad”, el hombre verdaderamente verídico se encuentra designado con los peores nombres, Zaratustra no deja aquí ninguna duda: dice que lo que le ha inspirado el terror del hombre es el conocimiento de los hombres buenos, de los "mejores"; de esta repulsión le han nacido alas, “para volar lejos hacia porvenires lejanos”.
No oculta que su tipo de hombre, un tipo relativamente sobrehumano, es sobrehumano precisamente con relación a los hombres buenos; que los buenos y los justos llamarían demonio a su superhombre....
Hombres superiores que mis ojos encuentran, esta es la duda que me inspiráis y mi secreta risa: adivino lo que llamaréis a mi superhombre: ¡demonio! Sois tan ajenos a la grandeza en vuestra alma que el superhombre os parecerá "terrible" en su bondad...
De este pasaje y no de otro hay que partir para comprender lo que Zaratustra quiere: esa especie de hombres que él concibe, ve la realidad tal como ella es: es bastante fuerte para ello. no es una especie de hombre extrañada, alejada de la realidad, es la realidad misma, encierra todavía en sí todo lo terrible y problemático de esta, sólo así puede tener el hombre grandeza...
Pero, también en otro sentido, yo he escogido la palabra inmoralista como insignia y emblema de mí mismo. Estoy orgulloso de tener esta palabra para distinguirme de la humanidad entera.
Nadie ha sentido todavía la moral cristiana como algo que se encuentra por debajo de él; para esto hacia falta una altura, una perspectiva, una profundidad y una hondura psicológicas absolutamente inusitados hasta ahora.
La moral cristiana ha sido hasta el presente la Circe de todos los pensadores; todos ellos se pusieron a su servicio. ¿Quién, pues, antes que yo ha descendido a las cavernas donde brota el aliento emponzoñado de donde brota esta especie de ideal, ¡la difamación del mundo!-?
¿Quién se atrevió siquiera a sospechar que éstas eran cavernas?
¿Quién antes que yo fue entre los filósofos un psicólogo, y no lo contrario de un psicólogo, un “charlatán superior”, un “idealista”?
Antes de mí no ha habido psicología. - Ser en este punto el primero puede constituir una maldición; pero en todo caso es un destino, pues se es también el primero en despreciar...
La nausea por el hombre: he ahí mi peligro.
Nietzsche
Desde Nietzsche para los pobres
domingo, 27 de enero de 2013
La libertad de Sartre en "El existencialismo es un humanismo"
Para entender la libertad en Sartre es necesario primero
comprender su tesis del existencialismo, ya que parece decirnos que la libertad
se desprende de éste, o dicho de otra manera, no es posible entender la
libertad sin entender que la existencia precede a la esencia. Al principio de
su obra nos aclara que el existencialismo tiene dos vertientes: La cristiana,
en el que sitúa a Jaspers y a Marcel, y la atea, en el que ubica a Heidegger y
a él mismo.
El principio fundamental del existencialismo, sea el ateo o
el cristiano, es que la existencia precede a la esencia. Para ilustrar este
principio se sirve del siguiente ejemplo:
“Consideremos un objeto fabricado, por ejemplo un libro o un cortapapel.
Este objeto ha sido fabricado por un artesano que se ha inspirado en un
concepto; se ha referido al concepto de cortapapel, e igualmente a una técnica
de producción previa que forma parte del concepto, y que en el fondo es una
receta. Así, el cortapapel es a la vez un objeto que se produce de cierta
manera y que, por otra parte, tiene una utilidad definida, y no se puede
suponer un hombre que produjera un cortapapel sin saber para qué va a servir
ese objeto. Diríamos entonces que en el caso del cortapapel, la esencia, es
decir, el conjunto de recetas y de cualidades que permiten producirlo y
definirlo precede a la existencia; y así está determinada la presencia frente a
mí de tal o cual cortapapel, de tal o cual libro. Tenemos aquí, pues, una
visión técnica del mundo, en la cual se puede decir que la producción precede a
la existencia.” (El existencialismo es un humanismo, Pág. 4)
Con este ejemplo, Sartre nos dice
que los objetos creados por el hombre con alguna finalidad específica, tienen
por así decirlo, una esencia, un conjunto de características o propiedades que
lo identifican y lo condenan a ser algo y solamente eso. Así pues, puede haber
cortapapeles de distintos tamaños, modelos o colores, pero existe un concepto
de cortapapel que es compartido por todos los modelos, tienen una finalidad,
porque son útiles para alguna labor, y para nada más que esta. Nacieron como
respuesta a una necesidad y existieron primero en la mente de su creador que en
la realidad.
El hombre, por otro lado, no tiene
esencia previa, no tiene una finalidad concreta, no nace como respuesta a una
necesidad, parece no tener utilidad o algún fin último. Por esta razón
considera Sartre que la existencia precede a la esencia, el hombre primero
existe y después comienza a tener algún sentido, pero este sentido no es un
sentido preconcebido, no es un sentido que está dispuesto para todos los
hombres, porque no hay naturaleza humana, sino es el sentido que el hombre
quiera otorgarse a sí mismo, con sus elecciones, y sobre todo con sus actos: “El hombre, tal como lo concibe el
existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo
será después, y será tal como se haya hecho.” (El existencialismo es un
humanismo, Pág. 4)
Sin embargo, dentro de esta
libertad de realizarse, existen limitaciones; no es pues una libertad absoluta.
Es decir, el hombre está limitado a ser hombre, y esto sale de nuestras manos.
No podemos elegir ser otra cosa que un hombre; no podemos ser una piedra, o una
silla, somos libres pero con una limitación, siendo ya lo que somos.
Además de ser hombres, tenemos
otra serie de limitaciones tales como la clase social en la que nacemos o
nuestros rasgos físicos. Pero aunque no elegimos ser de una o de otra manera,
tenemos la libertad de tomar la actitud que queramos ante estos hechos que
escapan de nuestro campo de acción.
En este sentido es importante la
negación de Sartre de lo que se considera “naturaleza humana”, ya que este
concepto nos remite a un conjunto de características propias de todos los seres
humanos y que significarían algún tipo de ente cohesionador. Para Sartre lo
conocido por “naturaleza humana” fue un intento de los filósofos,
específicamente de los filósofos ateos del siglo XVIII para deshacerse de la
idea o el concepto de Dios sin aceptar que la existencia precedía la
esencia.
Esta ausencia de marco regulatorio
absoluto, esta falta de un ente cohesionador que contenga a todos los
individuos y que dicte un modo de actuar correcto y absoluto, sume al ser
humano en un estado en el cual se sabe responsable de todos sus actos. La
ausencia de una naturaleza humana, o de un Dios, obliga al hombre a elegir
libremente, y al elegir, se va construyendo él mismo, ya que el hombre no es
más que el conjunto de sus decisiones y de sus acciones.
Aquí entonces nace la libertad
sartreana. La libertad de Sartre nos dice que no hay nada por encima de nosotros
que nos indique qué es lo correcto y qué no lo es, ni si quiera algo que nos
indique si realmente existen cosas correctas e incorrectas. Y ante este
desamparo, el hombre a través de su libertad se compromete con ciertas causas,
toma ciertas decisiones y lleva a cabo ciertas acciones; es decir, el hombre
tiene su libertad para perderla, para perderla comprometiéndose continuamente
con causas que a él le parezcan loables, si es que es lo loable lo que busca.
La vida es continuo compromiso, continua elección, porque no nos comprometemos
hoy por el resto de nuestras vidas. El hombre, al estar siempre en situación,
debe estar todo el tiempo dispuesto a comprometerse con nuevas circunstancias,
a elegir en nuevos escenarios, a conquistar su libertad para perderla
nuevamente.
Aunque Sartre niega la “naturaleza
humana”, sí acepta la “condición humana”, y la entiende como la necesidad del
hombre de estar en el mundo, relacionarse, interactuar y su condición de
mortalidad, rasgo que comparten todos los hombres aún cuando presenten
distintas realidades históricas, culturales, económicas, etc. Llega a aceptar
que hay una universalidad del hombre, pero esta está en continua construcción.
Extracto de "La Libertad de Sartre en 'El existencialismo es un humanismo'" J.D.
domingo, 13 de enero de 2013
De la nostalgia de los domingos.
Los domingos son especialmente nostálgicos,
parece que en nuestra manera de entender el tiempo, en ciclos, el domingo representa
la despedida de un ciclo y la bienvenida de uno nuevo. El domingo lavamos la
ropa, aseamos la habitación, pensamos en todo lo que tenemos que hacer el
siguiente ciclo, y hacemos una especie de reflexión de lo que nos dejó el
anterior.
Para mí los domingos nunca fueron
agradables. De niño me quejaba porque el lunes tenía clases nuevamente, y de no
tan niño también; creo que este síndrome finalizó conjuntamente con mi
pregrado, al menos en lo académico. Por otro lado, creo que todos los que
trabajamos sabemos lo que se siente el domingo, no profundizaré en eso, pero
estoy seguro en que podemos coincidir que la sensación no es gratificante.
Pero para retomar lo
nostálgico, que ciertamente no va por la parte académica o laboral, los
domingos, no se si es por tener mucho tiempo libre, me hacen entrar en
reflexión. Y aquí quiero diferenciar las reflexiones filosóficas de las que
verdaderamente me causan nostalgia, que son las que tienen que ver con una
ausencia, con un vacío, con una no-presencia de alguien; sí, de alguien.
Son muy interesantes las
reflexiones filosóficas, ciertamente se llevan una gran parte de mi tiempo
libre y se me hacen muy atractivas. Estas reflexiones me pueden llevar a
sentimientos de angustia, desconcierto, de desamparo, pero no a la nostalgia.
Y lo peor de esta nostalgia, es
que es extrañar lo que nunca estuvo, lo que nunca fue, es la sensación de que,
no se en qué momento, ni en qué lugar, dejé escapar algo.
Debo confesar que en estos
momentos debería estar haciendo un breve ensayo filosófico que aún tengo pendiente,
pero la verdad es que no pude empezarlo, porque como el que ha sentido esta
nostalgia sabe, no te deja hacer más nada que ahogarte en ella misma. Llena
cada poro de tu piel, no hay un espacio donde no haya una dosis de esta
sensación. Y es que ella es así, abarca toda la geografía, la respiras, la
degustas, la hueles. Ella quiere hacerse notar, y tiene éxito en su
empresa.
Pero aquí viene lo cautivador: no
se por qué razón tengo la convicción de que llenar este vacío, acabar con esta
no-presencia, cambiaría rotundamente mi mundo. Y no solo el mío, siento
que todos tenemos potencialmente esta nostalgia, solo que no en todos se
desarrolla, y en los que la mantienen latente, o más aún, en los que parecen
acabar con ella por completo, se acaban los domingos filosóficos, y si se
acaban los domingos filosóficos (que son los días filosóficos por
excelencia!!!), hay que imaginar la poca presencia que deben tener los
cuestionamientos trascendentales el resto de la semana.
No oculto mi interés en temas
como la libertad, la justicia, la ciencia, y todo aquello que ha
fascinado a los hombres en toda su historia, pero tengo la certeza de que
cuando se ama a una mujer, cuando se llega al punto en el que no se siente la
nostalgia, cuando no se piensa en la muerte, porque en ese momento la verdadera
muerte es el fin del beso, y toda la atención está puesta en la próxima
caricia, entonces importa poco o nada Platón, y la filosofía no es más que un
pasatiempo. No quiero ser irrespetuoso con las mentes más brillantes de nuestra
especie, no quiero renegar de toda su investigación, de sus análisis. A lo
mejor soy yo un raro espécimen que le da más importancia a lo irracional, a lo
humano, a aquello que muchos han rechazado por representar lo más básico. A lo
mejor soy tan básico que cambio mi libertad por los brazos de la mujer que
quiero, y me prefiero tras las rejas de sus pensamientos que en las
bibliotecas. Pero es que si soy, como todos, tan efímero, tan mortal, ¿por qué
prohibirme entonces darme por completo? Si darme por completo, total y eternamente,
no es nada más que un pestañeo de la historia del todo.
Siento que al superar la
nostalgia sería capaz de dejar los libros por los besos, las clases por las
escapadas al parque más cercano, y todos los planes futuros por una mirada más,
sí, por sólo una más. Estaría desudo completamente ante la vida, pero ¿Acaso no
es así como venimos al mundo? ¿Acaso no es así como nos quiere la vida? Desnúdame
entonces amor, de toda nostalgia, y si has de dejarme alguna dosis, déjame sólo
la de los domingos.
J.D.
martes, 8 de enero de 2013
Todavía no eres libre...
"Todavía
no eres libre, todavía buscas la libertad. Tu búsqueda te ha vuelto
insomne y te ha desvelado demasiado. Quieres subir a la altura libre ,
tu alma tiene sed de estrellas. Pero también tus malos instintos tienen
sed de libertad."
F Nietzsche
viernes, 4 de enero de 2013
Poema XV de Pablo Neruda.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
martes, 1 de enero de 2013
No te necesito para amarte.
Soy de esos que se enamora de las mujeres sin tan siquiera conocerlas, ¿será que el corazón está demasiado apresurado? ¿Será que no tiene más tiempo para "no amar"? ¿Será que estamos condenados a amar continuamente? ¿Amar aunque no nos amen?
Siempre he pensado que el verdadero amor no debe necesitar una retribución, un "te amo" de vuelta. El verdadero amor, el desinteresado, debe ser gratificante por el solo hecho de sentirlo, se debe poder vivir del amor que se da y no pedir nada a cambio. Si se necesitara de algo a cambio, no sería entonces amor lo que sentimos, sería como un intercambio de mercancías, de inseguridades, de egos.
¿Y qué si te digo que te amo y no espero tu amor a cambio? ¿Y qué si te digo que con amarte me basta? ¿Y qué si te digo que no necesito conocerte para amarte? ¿Y qué si todo esto que escribo es una forma de decirte que te amo a escondidas desde hace días?
Este no es de esos amores dignos de obras literarias, este no es suficiente para escribir muchas páginas, quizá dos buenos párrafos, si lo estiramos bastante.
Este es un amor de esos que nunca serán contados, de esos que no recordaremos en unas semanas, de esos que nadie se entera, es un amor mío, y con eso me basta.
No te necesito para amarte...
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